Marzo 20, 2016 (¿A dónde vamos sino a la muerte?)

Disfruta cada momento, respira profundo y siente el aire llenar tus pulmones. Saborea un buen pastel, camina y observa a la gente. Canta sin pena en la ducha, ríe por cosas sencillas, diviértete en compañia de los que te quieren. Ama y pemite que te amen.

He descubierto que no podría vivir solo, que aunque difícilmente disfruto de una compañía, si tuviera que elegir la soledad o la compañía, elegiría la compañía. Y es que es cierto que las cosas más sencillas de las personas son las más indispensables; me basta con saber que hay alguien aunque no diga nada, solo saber que está ahí.

Solía ser nihilista, pero con el tiempo me di cuenta que eso no me llevaría a ningún lado, que incluso me mataría antes de hacer lo que quisiera hacer. Cuando se tienen experiencias malas, traumáticas, impactantes, se valora la vida, se descubre lo maravilloso que se ha vivido, y también llega la sorpresa al saber que hay gente que no tiene esa revelación de lo bello que es vivir.

Todos moriremos tarde o temprano, está en los genes, y por ahora no podemos cambiar eso ¿Qué nos queda sino vivir? ¿A dónde vamos sino a la muerte?

Cada quien elige qué creer y qué pensar, es bueno tener esperanza, te mantiene con vida. Espero poder llegar a ver el día que la humanidad deje de lado el egoísmo y se de cuenta de lo mal que es el camino que ha elegido.

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