Octubre 4, 2015 (Cada que escribo «Hola» el predictor de texto me sugiere «Maribel»)

No he estado muy bien últimamente. Se juntan los proyectos finales, exámenes, tesis, servicio social. Todo y no puedo terminar nada.

Me pasa que no me dan ganas de hacer nada. Será algún tipo de depresión por fin de grado. Creo que consultaré un psicólogo y aprovechando, veré si puede recomendarme un psiquiatra para las pastillas.

Que te quiero, eso ya lo sabes. No puedo quererte demasiado, «demasiado» es una palabra fea que limita algo, «demasiado» es más de lo necesario. Ahora, ¿cómo es querer más de lo necesario? Eso es absurdo, por supuesto, pues cuando uno quiere no se dedica a medir el cariño con un «cariñómetro» o algo así. Yo solo te quiero y ya.

A veces, estando en mi habitación me da por pensarte. Me recuesto en mi cama, cierro los ojos y ahí estás de nuevo, como siempre, tan ajena e incierta. Me muero por decirte que te quiero, que solo puedo extrañarte ya que no estás, que mis ojos extrañan tu figura y mis oídos tu voz.

Cada que escribo «Hola» el predictor de texto me sugiere «Maribel». Es que me ha leído el pensamiento, el corazón.

En esta noche te pido me escuches y pienses en todo lo que te he dicho. Descansa que mañana es Lunes y hay que laborar. Y piénsame, y quiéreme tantito más.

Te quiero. Te quiero bastante.

Comentarios

Entradas populares