Noviembre 27, 2015 (Vine a Cuernavaca y me perdí)

Vine a Cuernavaca y me perdí. Eso pasa por elegir el autobús como medio de transporte en una ciudad desconocida. Al final, después de recorrer dos centrales de autobuses, llegué a la que quería.

Estoy esperando el camión, son las 17:47 h y salgo a las 18:30 h. Hay mucha gente en la sala de espera, y dicen que hace frío pero no estamos a menos de 15°, no hace frío, hace calor.

Espero, y qué mejor forma de hacerlo sino escribiéndote. No necesitas escribir nada de vuelta, solo leer. Quizá vas de regreso a casa, verdaderamente espero que hayas tenido una buena semana. La mía no fue tan ligera pero ya casi termina, todavía tengo clases mañana. Luego de eso, uno que otro día más a una que otra hora.

No me despedí de nadie como se acostumbra hacer. Estoy por terminar la universidad y no di abrazos ni deseé cosas a mis compañeros. No me gustan las despedidas, son tristes. No tristes para mí, para los demás. Me incomoda verlos tristes y a algunos llorando. Dice una amiga que soy muy elitista porque hablo con pocos.

No sé qué más contarte, hay tantas cosas que decir, aunque desconozco qué tanto te interesen. Cuando se quiere hablar, se puede hablar de cualquier cosa. Por ejemplo, de la Chironex fleckeri o «avispa de mar» (una medusa hermosa); o de por qué son más sanos los perros que no están etiquetados por una raza que aquellos que sí lo están; se puede hablar del cielo y las estrellas, de las nubes y el mar, o de cualquier otra cosa que se te ocurra.

Espero estés bien. Cuídate mucho y pórtate bien. Saludos, Maribel.

Comentarios

Entradas populares