Julio 27, 2016 (Eterno bucle de olvido)

No sabía cómo decirle a A. que no quiero hacer la maestría en la UAEM, que prefiero hacerla en la Ciudad de México o en el Infotec en Aguascalientes. Y ahora, que discutía más el asunto con V., ella estaba de acuerdo en no hacer la maestría en la UAEM sino en la UNAM.

Creo que A. tiene razón al pensar que un posgrado sobre ciencias de la vida menospreciaría un trabajo computacional mientras que un posgrado en matemáticas o computación, lo haría con un trabajo sin fuertes bases matemáticas. Quizá el trabajo que quiere es más bien para tesis de licenciatura de algún otro licenciado. La mejor opción en este caso es el Infotec, pero no han abierto fechas ni planes de estudio.

Por mi parte, voy a investigar los planes para un posgrado en ciencias de la computación, que es el más adecuado para lo que quiere y necesita A.

Al parecer hay un posible empleo en el Instituto, la próxima semana sabré de qué va, por ahora solo sé que es trabajando con bases de datos y desarrollo web. Si lo acepto, servirá para cubrir mis gastos y no seguir siendo una carga. Espero pueda concretarse y que Dios me brinde la capacidad para cumplir con los requisitos, porque estoy seguro que soy capaz.

La tesis sigue sin registrar. Ricardo me va a apoyar con eso para que se apresuren con los trámites. Mariana dice que sí está mal registrado el título de A., así que estoy de nuevo a merced del secretario técnico.

Y por fin, A. va a revisar la tesis, aunque dice que está muy larga y debo disminuir al menos 20 páginas. Después de su primer revisión sabré qué omitir.

Por último, hoy he visto una foto de Maribel y desde ese momento en que se apareció ante mis ojos me cautivó. Conserva su encanto, su sonrisa oculta por sus pequeños y gruesos labios, su mirada enfocada en sus manos, su cabello lacio y oscuro, sus cejas, sus mejillas que se ven más pronunciadas que otras veces. Es tan bella que me han dado ganas de pintarla a color. Qué impotencia no tenerla cerca y no haber sido yo quien tomó esa foto.

Tengo tanto amor para dar
que lo reparto indiscriminadamente y me lastimo.
Porque cada que doy algo de amor,
ya no regresa, y más aún,
ni siquiera es recibido.

Desconozco qué tan normal
es amar a quien no ama
y rechazar a quien dice que nos ama.
Como en un eterno bucle de olvido,
amamos,
nos rechazan,
nos aman y rechazamos.

Yo sigo teniendo tanto amor
que ya no sé qué hacer con él.
A veces me dan ganas
de regalarlo a quien posea una hermosa sonrisa
escondida por diáfanos labios;
otras veces quiero cambiarlo por pan y café;
y algunas más quisiera solo entregarlo
a quien creo que lo merece
pero que sé que no fuctificará.

Y cuando se me pasa la crisis emocional,
te espero como siempre,
imaginando que cualquier día te da por recibir este amor
y descubres que es tanto
que tú misma te empalagas y te vas.

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